Cuentos

"Las Caídas"
Gira, gira, la espuma caramelo con el negro gira; por encima, el humo del café que se dilata entre las letras despintadas de la marquesina. La vida afuera va deprisa, mí adentro se remueve gira y gira. Las piedras del camino te encaminan… me digo recordando las caídas. Alguna vez pensé que el fondo puede ser siempre más fondo. Un día se cayó mi teoría. Un hilo era mi cuerpo y mi vida, a un paso de cruzar la otra línea. Alguna vez pensé que al fondo hay fondo… y hoy se me derrumban teorías. Giran, giran, giran... las letras despintadas de las marquesinas. En fotos de pinturas va mi vida, la vida es una historia nunca escrita. Jamás el cuadro más difícil fue el difícil, jamás el sueño inesperado era imposible. Me amarro al desamarro enamorado, del cielo estrellado o con neblina, la vida es pasajera y es divina. Dios gracias que me puso las caídas. Dios gracias que me diste miedo al lienzo, así pude ser héroe en silencio. Manchando a la marchante me voy yendo, al lado de mis sueños voy viviendo. Deshice castillos de barajas… Deshice proyectos convertidos… Mi viaje se hace espumas en la nieve… Liviano mi equipaje me desata, tendido en este tren sin azafata, mis sueños me dominan y delatan. Colado en el tranvía sin medidas. Pasaje de parado y de turista, abrazo a los hermanos que soñamos, no oculto a los dormidos mis caídas, dejando migas de equipajes en las vías, si vivo sigo goce o duela sigo, si muero nacerá otro tranvía. Dejando atrás a las caídas… cruzando despintadas marquesinas.



 "Revuelo" 
Desvelo… Atrapo un sueño de antemano y me despierto. El tiempo desvelo y Las horas son revuelos… me revuelco. Atrapo un sueño de antemano y me estremezco. El tiempo es misterio que develo en sueños despiertos, parecen realidades diferentes, me pierdo en el encuentro.
Me encuentro, las horas desvestidas son espejos, me mezclo y bailo en el dolor de la alegría y vuelvo. Me vuelvo yendo… soñaba que soñaba y de antemano, el corazón te entrego.
Me mezclo entre las horas de la entrega y salto abismos de cascajos mar adentro. Me uno al túnel de mi abismo y bailo quieto. El día que te alaban pasará y romperán tu cuerpo… te animas?
Podes cambiar un tiempo… te arriesgás?. Los que hoy te aman romperán tu cuerpo… te dejas?
Soñé con tanta fuerza que bajé mi sueño… amo hasta temblar y duelo. Duelo hasta adorar… y vuelo. Pensaba en algo más y me atrapó mi sueño. Los que hoy me aman dolerán mi cuerpo.


"Yo SI..."
 Tamizo el paso, me abstraigo hasta llegar al agua que en vapor despierta mi ilusión en mates. Ajusto la bombilla, a lo criollo… ¿Qué pasos me trajeron hasta aquí? Mi vida en fragmentos pasa en lo que dura el primer sorbo, me abandono a la ventana que me enfría y me sonríe con estrellas. Me abrigo… Prefiero sentir calor de cuerpo con abrigo que cerrar ventanas. Apago un cigarrillo al compás que cebo un mate… ¿Qué pasos me trajeron hasta aquí?
¿Alguna vez soñaste detener el tiempo y ver inmóvil a la gente mientras saqueabas la juguetería?
Yo si… Después recuerdo esperar a mi madre tras la góndola del mercado con las golosinas descubiertas en las medias.
¿Alguna vez soñaste con aterrizar?
Yo si… Vagando en desconsuelos me pensaba entre gruesas nubes, no pensar más en mi sentir… recuerdo entre las sombras alguien cambiar bolsas de suero, vendar mi herida, frotar mi frente y tragar un llanto al paso de cerrar la puerta ajena.
¿Alguna vez te despertaste sin saber ni donde estar?
Yo si… recuerdo palmear el suelo borroso de la casa de mi abuelo pero encontrar botellas mezcladas en mi almohada.
¿Alguna vez rozaste la espera de un amor leal mientras arrastrabas tu cuerpo a la miseria?
Yo si… recuerdo escapar entre el asqueo a pintar sombras.
¿Alguna vez creíste despertar?
Yo si… venían a cambiar el suero
¿Alguna vez soñaste a ser trazan?
Yo si… recuerdo por mis piernas rodar un charco donde pisar tiritando esperando golpes
¿Alguna vez soñaste merecerte algo más?
Yo si… recuerdo soñarlo al alejarme de los lienzos y volver a la corriente de la vida sin cielos abiertos
Tamizo el paso, me abstraigo hasta llegar al agua que en vapor despierta mi ilusión en mates.
¿Qué pasos me trajeron hasta aquí?
Pensé no merecer por haber caído tantas veces
¿Alguna vez pasaron tus caídas y derrotas como ovejas en segundos al mirar tu sombra?
Yo si… y nunca imaginé que ser pecado, caer, vivir cayendo no era más que templar acero
¿Alguna vez pensaste no merecerte algo mejor?
Yo si… tomo mis mates a la luna, amando a la marchante por igual a toda alma hermana… los que siguen porque no paran de sentir que “hay algo más”; motor que permitió seguir cayendo, un levantarse siempre una vez más para caer… porque “hay algo más” te dice el cuero adentro… Yo si… por eso hoy me sorprendo.





"Madre de mi Madre"

Le Pregunte a María en varias noches de desvelo y búsqueda:
- ¿Qué debo hacer? ¿Quién soy yo para acceder a algo más que transitar, solamente, por este mundo? ¿Siento que hay algo más en la vida... qué es? ¡Necesito saberlo, Necesito ser Útil!
Y una madrugada decidió responderme tiernamente
- A pesar de que hay millones y millones de personas son sólo muy pocos los que se acercan a María y a Jesús. El mundo entero es/está, desagradecido por la vida que Dios Todopoderoso nos dio, entregando a su Hijo Jesús y a Su Madre para la reconciliación eterna.
- Pero ¿Por que me respondes a Mi? ¡quién soy yo más que un mero pintor pecador? ¿Acaso puedo yo alegrarte? ¿Acaso puedo yo hacerte llorar de alegría?
Y Dulcemente dijo:
- Qué buen padre y qué buena madre no se pone contento porque su hijo regresó a su casa? Cómo no llorar cuando a todos quieres ayudar y te ignoran; cómo no llorar por la falta de amor de una humanidad perversa y egoísta; cómo no llorar cuando el pecado avanza a pasos agigantados, el hambre, la miseria, las guerras, la envidia, el rencor, la avaricia…
Todo aquél que llama a la puerta del Señor, con amor le será abierta y gozará de todos los privilegios celestiales.
- Pero yo, un miserable ciego que solo ve con los ojos de la cara, ¿Cómo podría yo hacer algo por la Madre del Crucificado?
- La oración y el amor compartido con los demás endurecerá tu fe como una roca. Abre tu corazón y deja que el Señor entre en ti, deja que obre en ti, pide perdón por ti y por todos y habla de mi sin vergüenza. HAZME PARTE DE TI. COMPÁRTEME CON LOS DEMÁS. Tengo mucho amor para dar, bolsas de consuelo y de Paz, tengo alegría para que todos sonrían, tengo pañuelos para secar sus lágrimas, tengo fuerza para alzarlos en mis brazos, tengo a Jesús para soportar el dolor.
Ustedes no traigan nada. Sólo vengan a su Madre que los está esperando con los brazos extendidos en la puerta del cielo junto a Jesús. Haremos una gran fiesta. Están todos invitados. Abran sus corazones, oren, oren, sin cesar.





"Como Perro Sin Cucha"
Estoy aquí, un lugar en ningún lado… quizás millones tratarían de estar donde uno no llega a verse… yo, vagabundo, como perro sin cucha… deambulo, busco de que vivir, trato de hacer propio algún lugar de todos aquellos donde supuestamente he vivido o vivo, de momento… pero dentro tengo mi hogar, con rostros, muecas, recuerdos, historias, vivencias, enojos, alegrías, tristezas, festejos… mi Pacha Mama grita y aúllo a su lado… me envuelvo lobo de noche, a veces perro… aúllo desde la tierra a la tierra y al cielo; a que brillen por mi esta noche, brillen en estrella y luna para que mis ojos ciegos vean, porque solo así mi alma, guiada por la luz que al fin penetre, me hará poner de pie para entregar mi alma, a ese lienzo perdido, a esa historia añejada; para clavar en formas y colores a los que mi corazón extraña… me vuelvo noche o lo soy; aulló, ladro; quizás, ovala pronto, brille para mi y el lienzo opaco morderé, como a un hueso guardado que se encuentra. Por que mi alma quema nombres, mi pecho aúlla una morada, como perro sin cucha velaré, para atrapar el brillo de la noche y dormir abrazado en nombres al alba.





"Cruz Del Sur"

Ayer nomás, sentado frente a un rebelde paisaje, rodeado de aquellas personas que uno ama… agradecía al viento, que sonoro, enredaba impetuoso las ramas de los bellos árboles que tanta paz me dieron. Cerca… el caballete descansaba de un día donde, aquél suspiro inmenso, llenaba de colores nuevos el lienzo.
Parece ayer en las ventanas del recuerdo, y el color tan expresivo que sabe cuando asomarse solo, entero. Me empapó el alma en catarata de imagen nueva y su olor a mate fresco. Esos momentos en que el alma encuentra paz descansando en el trabajo hecho, en el deber cumplido, en la pintura no esperada.
Hay que observar esos momentos, guardarlos, anidarlos en la cueva de la incertidumbre para alumbrar los días de sequía y miedo.
Lo recuerdo. Quiero sentir su aroma. Volver la paz a su cause. Apenas si unos trazos de dibujos me demuestran lo que ciento. El color se ha escondido… tiene eso, se escabulle, hace que lo necesite más de lo que puedo, necesitarlo como al viento, que se enreda en estos árboles nuevos, que me invita a escrutarle un rezo, que con él la paz me invada por completo, que el lienzo no intimide mi paleta, que no asuste mi mirada, que este soplo que se mece entre las ramas se enrede en mi pecho, me perfume con su savia, me tome entero, y envuelto en su recuerdo, me arranque el alma sin piedad y clave en la pálida tela su misterio, dejándome otra vez, asombrado del color y con el trabajo hecho.



"Agua Turbia"
Deje el pincel sobre la mesa, un has alumbra la pintura a medio terminar mientras yo preparo la pava para el mate. El día afuera debe estar hermoso, esos primeros días de primavera donde el suave rozar del sol, batido con el añejo resquemor del frío, hacen de la calle una especie de incubadora donde se puede flotar en oxigeno verde.
Asomo por enésima vez mi rostro al espejo para asegurarme que no haya quedado ningún pelo en mi mentón casi siempre apretado.
La negación a dejar que un poco de luz deshaga la penumbra que no deja distinguir las cosas con claridad, más si las sombras que proyectan; que el calor de un diamante amarillo se peque a mi pupila y abrace mi mirada.
El caballete espera su turno, como siempre; con la misma esperanza espero que se ilumine mi sensibilidad, que se descongelen mis garras, que el pincel se me pegue a la mano y no me suelte, que el sopor de la trementina se impregne en mis trapos.
Conozco ese rostro; los ojos abiertos de penas profundas, de impotencia desprendida de mi nuca; pesa en mis hombros, se acumulan en mi lomo, en mi espalda anudada de tensiones. Castigos internos; dibujos velados; pinturas abortadas; mano congelada, paralizada; mirada ciega; impenetrantemente honesta, aturdida. Vieja batalla que no da tregua para despertar el galope escondido que se incrusta en el barro de una pasión apagada, desaparecida, de manchas quebradas; debilidad eternamente frágil, fragilidad eternamente débil; oscuros pensamientos, desalumbrados; me repliego en mi propia ignorancia (como la ola sucia de arena de Cortazar)… arena que lija las fuerzas con el batir del alma; castiga a la frágil marioneta de un pequeño teatro interno, vacío de espectadores, mientras nos convertimos en arlequines, en payasos que dan vuelta en una carpa insulsa, mientras oímos el aplauso que provocan las cadenas de nuestras almas al rozar con los barrotes. Dando vueltas en sus jaulas esperando que alguien toque piedra libre y se termine el juego… Director, actor y profeta de un destino incierto y desmanchado, desdibujado; telas vacías, blancas y oscuras; monótonas penas eternidad escalofriante de una paralizante impotencia; confusa esperanza, débiles y tenues metáforas sin moraleja, perpleja esperanza de vencer la mañana; de agotar las manos en una danza insensata con un carbón que lastima. Aguas atormentadamente hierven en silencio con dolorosa quietud; se espasmo al agotarse el sol; los perros ladran otra vez, a una luna embriagada que les quita el sol de la mañana. Se desmayan los oleos, la pluma se queja ante la imprudente violencia de un silencio impenetrable; colores cerrados a la vista nublada. Desconfianza imprudente asesina a mis perros que callan, que esperan, que mudan, aguardan pinceladas, arrancarse las jaulas, ladrarle a la bronca, aullarle a la pena, esconder un trozo en un hueco… para tener algo mañana… poder encontrarlo, no perder el olfato, saber volver a casa, y desde la puerta entreabierta encontrarme apasionado con la cara pintada y la sensibilidad en las venas.





"Postal Del Alma"

Cuando los vientos callen y el ensordecedor silencio apague mi ventana. Cuando en mi almohada se esconda el trueno gris de un lienzo abandonado y mis miedos se tropiecen en el alma. Cuando el recuerdo traiga en olas las miradas de mi patria, y tu lejana cercanía roce el abismo entre mis pies y me pierda en la penumbra, mándame una postal... para saber que he partido.


"Respiro Poetas"

Abrí el cajón de mis suspiros… Encontré mi cara entre mi frente. Estuve al borde de golpearla; Valentía frustrada en el espejo. Abrí el cajón de mis suspiros… Cayeron pentagramas de tus dedos, Tus almas encendieron mis cenizas, Tu amor llenó de amor mi firmamento. El golpe de tu puño en el tintero, lleno de aullidos a mis perros. Abrí el cajón de mis suspiros… salieron mariposas de colores. Los perros revolean sus cabezas, abrazan tu ternura y sus estrellas; Cayeron los buitres de mis miedos, Abismos que sacuden esqueletos. Me hundo en las patas de tus versos; Me agranda el alma sus misterios. Desnudo estoy bailándole a la muerte, Que venga si se atreve esa insensata, Lleno de amor de tus talentos, Colores soy… colores vuelo. Me froto el lomo en tu tintero, Tu alma golpea con talento. Que venga si se atreve esa insensata, Que lleno de amor me hizo tus versos. La espero desnudo y revoleo, Mis copas se alzan con mi pecho. Paleta, pincel y trementina, Espátula en mi mano y osadía. Que venga la muerte si se atreve, Rabioso en colores me entrevero. Armado el alma de tus letras. Si pierdo se lleva un saco con tus versos y talentos. Si pierde la estampo contra un lienzo; Y vuelvo en mi sed a tu

Juan Pablo Núñez Oyarzo – Hector Rincon


"Hilos"
“Mientras una persona está viva, los recuerdos de los años pasados se comparten, los recuerdos están dentro de uno sostenidos por un hilo, = esa persona. Cuando esa persona muere se corta el hilo y los recuerdos quedan flotando en nuestro pecho, no están sostenidos, la añoranza flota entonces y con ella los recuerdos; y los “viejos” afectos con su ausencia dan lugar a los nuevos, en el que uno tirará el hilo de los recuerdos = nuestros propios hijos, nuestros nietos... y así yo tengo dentro mío recuerdos que no son propios sino ajenos, hilos que tiraron mis abuelos y así son míos. Cuando a mí me llegue la hora de no poder contar el cuento, mis hijos tiraran sus hilos de recuerdos y en ellos irán los míos, los de mis padres y los de mis abuelos"


"Perro Vagabundo" 
Como el perro vagabundo de una esquina sucia, que al menor amague se repliega por costumbre; abriré una noche un ojo para verlo pintado y despertarme. Sacudirme el agua embarrada y salpicar la tela. Soñar con mil colores que retornan a mi cuarto. Abriré una noche un ojo para despertarme; me encontrará un día la mañana bien despierto, con toda la fuerza dentro y la humillación enterrada como un hueso. Buscaré una jauría acorde y encontraré por las noches melodías finas. Olvidaré la obstinación de ser perfecto y acariciaré mi lomo con renglones torcidos. Abriré una noche un ojo sin buscarme, para sorprenderme encontrándome de día.


“El Título... Cantado”

El temor a comenzar el cuadro; que el resultado no me guste; se asomó impidiendo que duerma cómodamente. Ya despierto, alargo los mates solo un poco; Acomodo los materiales desordenadamente en orden. La empastada y pesada paleta delante de todo y cerca del lienzo, que amenaza expectante con su blanca mirada; a su lado el agua, que refleja, como árboles de otoño, los pinceles que brotan de la vieja lata como pidiendo más espacio, se ven viejos; compañeros de numerosas dudas y alegrías, esperan su turno. Los pomos de pintura en la bolsa sobre la mesa; Los pasteles al costado de la paleta, el fijador detrás y en fila con la vieja lata; todo armoniosamente manchado. No es que a la pequeña tela le reste importancia, pero centra mi atención la paleta, poner sobre ella los colores, montañas pulposas de pigmentos, hermosos. Tomo la herramienta infaltable, mi querida espátula, que, sin tapujos, me obliga a llenar la pequeña tela de materia y modelarla de un lado a otro corrigiendo y comprobando direcciones, idas y venidas; Tomo mas colores, los mezclo, los ubico en planos... me obnubilo del cuadro, solo veo manchas de colores, sus mezclas y, fundamentalmente, la dirección con la que arrastro el mazacote de pintura... me olvidé por completo de la forma. Me alejo un poco, lo indispensable, es decir, estiro lo máximo que puedo el cuello hacia atrás, para no tener que mover el taburete, y entorno los párpados... veo un mar, entreverados planos, quizás un puerto, los barcos, sus reflejos ondulantes, las nubes, el cielo... me encanta que de simples manchas de color superpuestas y modeladas con la espátula y los pinceles viejos, se asome, a la distancia, un paisaje que de cerca solo es pintura y color; como si el entendimiento fuese engañado por el ojo.
Parto el cuadro con un trazo, lo secciono... su otra parte, mi otra parte, la otra parte de alguien... la silla de Van Gogh sobre baldosas que suponen las de color teja, pero que en el cuadro son naranjas, tierras, ocres, verdes azulados,... de cerca todo cambia, de lejos todo cambia.
Me conmuevo, así, sin más, de golpe... como quien puso, sin tanta seguridad más que la certeza de tratar de gozar, las manchas de colores, que a corta distancia pretender ver un paisaje es casi atrevido.
Me conmuevo. Sin darme cuenta, como siempre, las manchas van regalándome expresión en su conjunto y, de yapa, una imagen. Un atrevimiento. Un nuevo Homenaje. Su título, cantado.
Llegó la hora del reposo, de alejar de nuevo el cuello y verificar lo que, casi por impulso y sin plena conciencia, terminó apareciendo. Los sentimientos que despierta en mi mirada el apoyar un color, darle forma con la dirección en la que se coloque, ver nacer sensaciones a medida que los colores se van agrupando; el sentimiento que se quiere expresar está claro en mi sentir, el conjunto de colores me enseña sentimientos nuevos; los recibo, los incorporo, los acepto, me subo a ellos y los sigo al galope, los acompaño con colores que ellos mismos me van pidiendo. Ahora entiendo más hondamente cuando Miguel Ángel decía que él no esculpía, sino que quitaba lo que sobraba... es tan cierto... yo no elijo todos los colores; de acuerdo al sentimiento que quiera traducir, el primer color que pongo es la amenaza, el segundo la estocada, ya la tela en blanco está rendida, sólo es cuestión de tiempo, ánimo y paciencia; No podrá impedir que en ella surja algo, de ahora en más los colores piden que siga... una sucesión de manchas, que de golpe, forman un cuadro, emociones hechas con materia. Esto es lo que obliga a ser humildes, uno pone la expresión, el cómo, nos lo dicen los colores, y al fin, el cuadro está, donde ya no hay color que pida otro se termina. Me conmuevo, caliento el agua para el mate y, mientras enciendo un cigarrillo, lo miro agraciado, agradecido; otro comienzo de incertidumbres y otro final, por suerte con forma, con color. Me conmuevo, tomo un mate y me acomodo a no comprender más que esto... y me conmuevo.




"Gotas"
Las gotas rotan rotas; Las olas se disipan, se disuelven sutilmente en mi mente que espera un imaginario cuadro.  Se funde inflexible la sal mediterránea con el río de la plata, sacudidas y revueltas por mi pincel lastimado. Cansado de nombrar y re-nombrar con nombres propios un amor ajeno todavía no. El fastidio me espesa, me abruma. Mis materiales de pintura, cargados en aquel container me privan, de momento, de expresar lo que en mi alma fuego lento, se duele. Escribo por el simple ejercicio de expresar lo que no entiendo, por costumbre de sacar de mi alma lo que siento, la carnadura. Siento heridas. Me cuesta esperar que cicatricen. Me desencanto como aquél día, que por intriga impetuosa, decidí entrada del edificio donde vivía de pequeño; Recuerdo que jugaba en la entrada, pisando en puntas de pie sobre enormes rosetones, que apenas más arriba del zócalo, sostenían mi cuerpo separándolo del piso, de la altura temible. Coloqué mis manos formando paréntesis al lado de mis sienes para que ningún reflejo me impidiera descubrir que, aquellos enormes rosetones que sostenían mi cuerpo, sólo eran pequeñas florcitas descascaradas. Me arrepentí un poco de poner en jaque el encanto del recuerdo de la infancia.
Y hoy, como otras veces, cansado de tener que sepultar los nombres de futuros hijos pensados en el sopor del dulce abrazo en un despertar tibio. Porque amar cuesta y duele; me niego a dejar de entregarme por completo y exponerme con virtudes y defectos; pero me canso de los juzgamient. Mis pinceles, que conservo y uso desde los primeros años de juego con pintura, se merecen en estos momentos en la jungla vacía y convulsa de un de abrazo del ayer; me mareo en las mismas aguas. Los recuerdos no se borran de mi alma y me enoja, esperar que no lastimen me duele, abandonar el sentimiento del amor me hiere, aunque sólo fue idealizado; me deje doler, me dejé lastimar, me dejé faltar el respeto por miedo a perder, me dejé a dejar mis sitios, mis terrenos, por temor a perder y a no calzar en la personalidad ajena; y sólo idealice a un amor que no supo qué hacer con tanta autoridad regalada.
Balbo por la bruma espesa del batir del mar salado con el río de la plata, se mezclan en mi alma, como dos colores en mi paleta mareada que, para tirar entre océanos, aguardar que le arranque un quejido, de su alma lastimada, entera, quebradamente alerta, de pie, perpleja, dolida, humilde, esperando aquel pincel que moje y de sus trazos, la gotas roten rotas, se disuelvan sutilmente como olas mediterráneas sin rocas en uno río de la plata.



"Autorretrato N° 0"
En medio de algún mundo mi mundo conocido siente ajeno. Tranquila desmesura y paz mastica el tiempo que no explica. Te busco ardiente de mi sed, no cedo. Salto. La mente ayuda a acariciarte y el cuerpo sufre le abandone y enfurece. Me alzo por encima de las pálidas columnas con ventanas, me trepo a mi cuerpo con los dientes revoleando la cabeza como un lobo a quien robó su luna y liberar mi alma. Me elevo. Flotar sueño. El infinito y lo imposible rozo con las plumas negras de esta alma acobardada; imantada al suelo inflexible de esta tierra medio ajena, se debate encarnizada lucha en desatarse. Mi sombra escapa, baga libre y enfurece más a esta piel que la ha vencido abandonando, regándole el temor al cuerpo que en cualquier momento; me abrace la verdad… Y vuelo.

 

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